-Te equivocas.
Su voz se había vuelto casi inaudible. Bajo la mirada, sacándome la botella de limonada y abriéndola de una sola vuelta. Dedique mi mirada hacia el, preguntándome por que no sentía miedo.
"Por que lo amas" me recordé.
Pues, eso era verdad. Lo amaba, y mucho. Nunca había sentido eso por nadie. Claro que tampoco recordaba mucho de mi vida en Phoenix, a decir verdad.
El silencio entre nosotros cada vez se volvía mas incomodo. Recién entonces dedique mi atención hacia la cafetería.. que estaba vacía.
-Llegaremos tarde -exclame saltando del asiento.
-Hoy no iré a clase- dijo con expresión preocupada.
-Por que no? -pregunte tratando de ocultar mi desilución.
-Es sano faltar a clases de vez en cuando -me sonrió pero su mirada seguía siendo preocupada.
-Bueno, yo iré -le dije. Era demasiado cobarde como para dejar que me atraparan.
-Te veré después, entonces.
Salí de la cafetería lo mas rápido que pude, para no volverme y cometer el error de mirarlo. Si lo hacia, sabia que perdería esa clase y la paciencia de Alice.
Tuve suerte, el Sr. Banner todavía no había llegado al salón cuando yo lo hice. Igual por las dudas me fui a sentar rápidamente a mi asiento habitual.
-Bueno, clase. Quiero que todos tomen una pieza de esa caja -dijo el Sr. Banner cuando llego mientras se ponía un par de guantes de plástico. -La primera es una tarjeta indicadora. La segunda son cuatro puntas del aplicador. Y el tercero.. una lengüeta.
No seguí escuchando porque supe lo que me venia. Mi estomago comenzó a estremecerse. Entonces vi al Sr.Banner acercándose Mike.
La gota de sangre cayó sin mas en la tarjeta. Mis oídos comenzaron a pitar, y mi estomago se hizo como un nudo.Comencé a respirar por la boca.
Cuando el profesor se fue a otra fila para seguir con el proyecto, Mike se volvió y examino mi rostro.
-Linda. Estas bien?
-No. No del todo.
-Llamare al Sr.Banner.
Mike se paro y fue en busca del profesor. Cuando este llego me pregunto:
-Estas bien Linda?
-Ya se mi tipo de sangre, Sr.Banner.
-Te sientes débil?
-Si, señor. -murmure. Nunca me había costado tanto hablar.
-Alguien puede llevar a Linda hasta la enfermería? -pidió el profesor.
Hubiera apostado mas de un millón de dolares a que Mike vendría. Y los hubiera ganado.
-Puedes caminar? -me pregunto el Sr.Banner.
-Si-susurre.-hasta me hubiera arrastrado para salir de allí.
Mike paso mi brazo por sus hombros y nos dirigimos a la enfermería mientras el sostenía una parte de mi peso. Cuando estábamos cerca de la cafetería, y lejos de la mirada del Sr. Banner deje de caminar.
-Déjame sentar un minuto, si? -me ayudo a sentarme en el suelo- Y hagas lo que hagas -le advertí aun mareada- mantén tus manos en los bolsillos.
Decidí apoyar mi mejilla contra el frió cemento del suelo y cerrar los ojos. Empecé a sentirme un poco mejor, y mi mente se fue aclarando poco a poco. Me imagine como me vería, y enseguida sentí un leve rubor en mis mejillas, ojala no me hubiera visto mucha gente.
-Wow, estas verde, Linda. -murmuro Mike nervioso. "Gracias por la ayuda" pensé.
-Linda? - una voz diferente me llamo a distancia.
"Oh no" Si hacia un rato me preocupaba por que no me hubieran visto varias personas, no se parecía en nada al temor que sentí al escuchar su voz. Que pensaría Edward al verme así? Nada bonito, después de todo me había mareado al oler sangre!
-Que anda mal? Esta herida? -oí su voz mas cerca, sonaba algo asustado. Mantuve cerrados mis ojos con mas fuerza, deseando morir.. o al menos no vomitar frente a el.
-Creo que está desmayada. No se que pasó, ni siquiera se pinchó el dedo .
-Linda. -Edward murmuró a mi lado- Puedes oírme?
-No -gemí- Vete.
Escuche su risa entre dientes.
-La estaba llevando a la enfermería -explicó Mike a la defensiva- Pero no pudo caminar más.
-Yo la llevare -dijo Edward. Por como sonaba su voz, estaba sonriendo- Puedes volver a la clase